lunes, 9 de junio de 2008

CLASE DEL 02/06/2008...ETA

Al entrar al salón lo primero que hice fue sacar la unidad didáctica para tenerla a la mano pero en especial el guión de clase con el fin de tratar de que ésta se diera como fue planificada. Llegué y como siempre había ruido, y desorden, anoté en la pizarra las actividades que íbamos a realizar ese día. Comenzaron a colocar los pupitres en semicírculo haciendo bastante ruido. En ese momento intervino el docente asesor y comenzamos a formar los grupos haciendo que se enumeraran del uno al 4. Luego le pedimos que se organizaran según el número que les había correspondido pero hubo algún problema porque los grupos quedaron con desigual número de estudiantes. Al ver esto, el profesor se molesta un poco, y decide formar los grupos de 4 en 4 seleccionando los compañeros al azar.

De nuevo reinó el ruido y el desorden, le mostré la trompeta que había traído al docente y me dijo que la utilizara sin ningún problema que él se hacía responsable de todo. Comencé a sonarla varias veces con el fin de llamar la atención de los chicos y tratar de disminuir el desorden, al parecer en cierta forma dio resultado porque el ruido era tan fuerte que muchos de ellos se asustaban y dejaban de hablar y gritar. Tuve incluso que decir que el que siguiera molestando se la iba a colocar en el oído, estoy consciente de que esto está realmente mal, pero en tal situación fue lo único que se me ocurrió hacer.

Luego les expliqué la actividad que debían hacer y escuché muchos quejidos de que no querían copiar en el cuaderno sino directamente en la pizarra. Es impresionante la apatía y la flojera que manifiestan muchos de los estudiantes en repetidas ocasiones como en ésta por ejemplo. Sin embargo, me mantuve firme y les exigí que se cumplieran las reglas de la actividad.

Más tarde comenzaron a hacer la actividad en grupo, como siempre unos trabajaban más que otros, y yo me mantenía recorriendo los grupos y atendiendo a los llamados de los chicos. Como parte de mi trabajo de investigación acción me dediqué a mantener ocupado a uno de los chicos más alborotados del grupo, le pedí que fuera mi ayudante en la clase y por lo visto dio resultado porque se mantuvo atento y me colaboró en todo lo que le fue posible. Esto indica que este joven probablemente carece de atención y necesita ser tomado en cuenta, admirando su trabajo sin reprochar ni resaltar en exceso sus fallas y errores cometidos.

Tuve que sonar la trompeta varias veces porque se escuchaban muchos gritos, pero luego dejé de usarla por miedo a que me fuesen a llamar la atención de otros salones por el ruido tan grande que ésta produce y que posiblemente perturba a los alumnos de los salones vecinos. Cuando el docente asesor llegó al salón, una vez volvió a sermonear a los jóvenes preguntándoles del por qué de su actitud y pésimo comportamiento si ellos realmente no eran así, que yo me estaba entrenando como docente, que lo estaba haciendo muy bien y que no era justo que ellos me pagaran de esa forma.

Luego de esta reflexión, se quedaron tranquilos por un rato, pero de nuevo volvió el desorden. Sinceramente yo creo que el problema ya se escapa de que yo tenga o no dominio de grupo, este es un problema que ya tiene que ver con la masificación de la educación, entre otras cosas, porque es prácticamente imposible que 38 seres humanos estén encerrados en una salón de clase de 11 de la mañana hasta casi la 1 de la tarde y que quieran estudiar, participar y rendir al máximo y que encima de eso el docente sea capaz de controlar a todo el grupo sin que ninguno se les escape de las manos. Esto es más que una utopía, la educación venezolana debe ser reformada porque de seguir así lamentablemente las cosas no van a mejorar…


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