domingo, 6 de julio de 2008

LUNES 30/06/2008…MÁS QUE UNAS SIMPLES ENTREVISTAS…

Este día fui a la institución a realizar las entrevistas que forman parte del ejercicio de Investigación Acción que estoy llevando a cabo a lo largo de este semestre. Fue bonito el reencuentro con los chicos, de nuevo muchos me comentaban que les hacía falta y que quisieran volverme a tener como profesora.

Estaban en el aula reunidos en grupo finalizando unas carteleras que iban a presentar el miércoles siguiente en el salón múltiple como actividad final del área de ciencias. Hablé con el profesor, le expliqué que estaba realizando una investigación y que necesitaba la colaboración de cuatro chicos de la sección.

Fui entrevistando uno por uno. Fue una entrevista abierta, lo más natural posible para evitar que se sintiesen intimidados. Se desarrollaron de forma muy amena, nos reímos muchísimo y hasta me sorprendí mucho al ver las respuestas de los chicos y de las reflexiones que hacían sobre algunos aspectos, en especial, con el hecho ocurrido aquella clase que quedó para la historia.

Era algo increíble porque se supone que estaba entrevistando a aquellos alumnos que más me dieron guerra todo este tiempo pero en especial en esa clase, es decir, eran los cabecillas de la tremendura; pero al hablar con ellos, escuchar sus comentarios y reflexiones me quedé impactada y perpleja porque no pensé que eso los había afectado tanto y que había causado ese impacto positivo tan grande en sus vidas.

Esto me hizo reflexionar y pensar en el hecho de que realmente uno como docente nunca debe etiquetar a ningún alumno como malo, tremendo, alborotado, indisciplinado, ya que hasta el peor de todos tiene virtudes inigualables escondidas y que en cualquier momento pueden salir a relucir si se les estimula de la forma adecuada.

También me dio cierta nostalgia, al terminar de hacerles las entrevistas porque fue como una despedida. Me alegro por una parte ya que lo que ocurrió conmigo les dejó una enseñanza porque les sirvió como lección de vida, pero no es extraño que uno les tome cariño rápidamente y que sienta dolorcito cada vez que termina un período.

De corazón les deseo lo mejor del mundo, y estoy segura que dejé una huella en ellos y eso es lo más importante. No sólo ellos se llevaron una lección, yo también aprendí mucho de ellos, y eso nunca lo olvidaré…

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