Entré al salón de clase lo más relajada posible, no me preocupé demasiado por el desorden sino que simplemente llegué, le repartí las láminas a cada equipo y les di instrucciones de que se pusieran a trabajar en la actividad que había quedado pendiente la clase pasada.
Todo fluyó bastante bien, costó para que algunos se pusieran a trabajar pero en general, la mayoría de ellos cumplió con lo que se tenía previsto. El único problema fue que faltó tiempo para terminar la actividad, porque 2 de los equipos se distrajeron mucho y no hicieron la actividad de forma rápida.
Por cierto, a mitad de clase ocurrió un incidente con la carpeta, ya que alguien había anotado que un alumno se había fugado, lo cual era totalmente falso; de modo que la coordinadora ingresó al salón, llamó a la semanera y a otra chica y en cierta forma, las responsabilizó por lo que había ocurrido. Ellas se pusieron bastante nerviosas y se preocuparon mucho porque decían que no tenían la culpa y que no sabían quién había sido el autor de esa tremendura. Este hecho, también contribuyó a distraer al grupo unos minutos, pero al cabo de un rato la situación mejoró.
Yo les preguntaba a varios de ellos, que si no sabían o tenían idea de quién había sido la causante o el causante de ese problema y por qué. Incluso le preguntaba al afectado que si se había peleado con alguien o si alguien le tenía idea, para tratar de comprender qué era lo que había sucedido y quién lo había hecho. Pero, todos a los que les preguntaba, decían no tener idea de nada.
Luego de este incidente, continuaron haciendo sus láminas. Tango que decir que, a pesar de que había ligero desorden, fue muy gratificante verlos trabajar con entusiasmo y dedicación, se observó que aunque probablemente estaban cansados, con hambre y/o fastidiados, la actividad les gustó y la mayoría de ellos la realizó con gusto.
Toda la clase, me la pasé recorriendo el salón grupo por grupo, observando el trabajo que venían realizando, si no estaban haciendo nada trataba de estimularlos, conversaba con ellos, les daba orientaciones, entre otras cosas. Con aquellos alumnos más problemáticos, lo que estoy haciendo y que por lo visto está funcionando, es prestarles atención, acercarme a ellos, hablarles, tomarlos en cuenta pero sobre todo no etiquetarlos como malos, sino al contrario, resaltar sus virtudes cada vez que la situación así lo permita.
Estaba un poco preocupada por el tiempo, ya que hoy debía haber terminado completamente el tema, de modo que la evaluación tendría que haberse completado, sin embargo no todos los equipos pasaron a explicar su afiche, sino que faltaron alrededor de 4 que presentarán rápidamente en la primera hora de la siguiente clase.
Debo señalar que las presentaciones estuvieron bastante bien, muchos de ellos, por no decir todos, me sorprendieron con sus intervenciones, dieron aportes muy buenos a la clase, se notó que realmente el mensaje les llegó y que se logró lo que se quería. Cuán alegre me sentí.
Muchas veces uno como docente, llega a desanimarse al ver tanta apatía, tanto desánimo y desinterés porque uno cree que el esfuerzo que hacemos se está perdiendo, pero en momentos como ese, uno se percata de que no es así, que, aunque a veces no parezca, si estamos dejando huella en los chicos, el cual es el principal objetivo de nosotros los docentes de la nueva generación. =)!
Todo fluyó bastante bien, costó para que algunos se pusieran a trabajar pero en general, la mayoría de ellos cumplió con lo que se tenía previsto. El único problema fue que faltó tiempo para terminar la actividad, porque 2 de los equipos se distrajeron mucho y no hicieron la actividad de forma rápida.
Por cierto, a mitad de clase ocurrió un incidente con la carpeta, ya que alguien había anotado que un alumno se había fugado, lo cual era totalmente falso; de modo que la coordinadora ingresó al salón, llamó a la semanera y a otra chica y en cierta forma, las responsabilizó por lo que había ocurrido. Ellas se pusieron bastante nerviosas y se preocuparon mucho porque decían que no tenían la culpa y que no sabían quién había sido el autor de esa tremendura. Este hecho, también contribuyó a distraer al grupo unos minutos, pero al cabo de un rato la situación mejoró.
Yo les preguntaba a varios de ellos, que si no sabían o tenían idea de quién había sido la causante o el causante de ese problema y por qué. Incluso le preguntaba al afectado que si se había peleado con alguien o si alguien le tenía idea, para tratar de comprender qué era lo que había sucedido y quién lo había hecho. Pero, todos a los que les preguntaba, decían no tener idea de nada.
Luego de este incidente, continuaron haciendo sus láminas. Tango que decir que, a pesar de que había ligero desorden, fue muy gratificante verlos trabajar con entusiasmo y dedicación, se observó que aunque probablemente estaban cansados, con hambre y/o fastidiados, la actividad les gustó y la mayoría de ellos la realizó con gusto.
Toda la clase, me la pasé recorriendo el salón grupo por grupo, observando el trabajo que venían realizando, si no estaban haciendo nada trataba de estimularlos, conversaba con ellos, les daba orientaciones, entre otras cosas. Con aquellos alumnos más problemáticos, lo que estoy haciendo y que por lo visto está funcionando, es prestarles atención, acercarme a ellos, hablarles, tomarlos en cuenta pero sobre todo no etiquetarlos como malos, sino al contrario, resaltar sus virtudes cada vez que la situación así lo permita.
Estaba un poco preocupada por el tiempo, ya que hoy debía haber terminado completamente el tema, de modo que la evaluación tendría que haberse completado, sin embargo no todos los equipos pasaron a explicar su afiche, sino que faltaron alrededor de 4 que presentarán rápidamente en la primera hora de la siguiente clase.
Debo señalar que las presentaciones estuvieron bastante bien, muchos de ellos, por no decir todos, me sorprendieron con sus intervenciones, dieron aportes muy buenos a la clase, se notó que realmente el mensaje les llegó y que se logró lo que se quería. Cuán alegre me sentí.
Muchas veces uno como docente, llega a desanimarse al ver tanta apatía, tanto desánimo y desinterés porque uno cree que el esfuerzo que hacemos se está perdiendo, pero en momentos como ese, uno se percata de que no es así, que, aunque a veces no parezca, si estamos dejando huella en los chicos, el cual es el principal objetivo de nosotros los docentes de la nueva generación. =)!
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